Nas últimas semanas estou a ver a magnífica serie de televisión Boardwalk Empire na que fan un achegamento a Atlantic City durante a Lei Seca, época na que, pese a estar prohibida a venda e distribución de alcohol, o consumo non caeu (provocando a perversión de aflorar un negocio ilegal), o que teño a impresión que está a acontecer coa Internet e con aberracións como a Lei Sinde.
De feito, nos EE.UU. levan con leis restrictivas de sempre (alí non existe a copia privada), e as descargas son moi habituais (os casos nos que emprenden accións legais contra particulares son anecdóticos e mediáticos, pois meter sancións millonarias a simples cidadáns resulta inútil), mentres que tras a aprobación en Francia da chamada HADOPI o efecto foi xustamente o contrario ao esperado, e continúan a incrementarse as descargas (só que os usuarios incrementan as medidas para quen non os cachen).
Pero a Lei Sinde aínda é máis ineficaz que as lexislacións doutros países, pois pretende atacar supostamente ás páxinas web de descargas, cando existen multitude de xeitos de distribuír o material vulnerando a propiedade intelectual (P2P, foros, sistemas de almacenamento de ficheiros…) e a lexislación española non ten competencia noutros países. De feito, servizos coma Megaupload ou Rapidshare (aos que acusan moitos persoeiros españois nos medios de comunicación) son totalmente legais incluso nos EE.UU., pois aínda que moita xente os emprega para piratear, teñen usos lexítimos evidentes, como tamén acontece con YouTube (por citar un exemplo claro de entender). Atopar un equilibrio entre o respecto á propiedade intelectual e as actuais demandas do público é difícil, pero está claro que a solución non é prohibir por prohibir, e menos aínda, creando unha Comisión de Propiedade Intelectual que poida levar ao peche a unha páxina web por motivos polos que actualmente non hai ningún xuíz que actúe de tal xeito. Se os lexisladores queren mudar o panorama español que reformen dunha vez a Lei de Propiedade Intelectual, que está totalmente obsoleta. Hoxe ninguén entende que a regulación estea centrada nas copias físicas, que o papel de entidades como a SGAE permita multitude de abusos ou que cando unha compañía teña a intención de montar un servizo legal de acceso por Internet a música o vídeo non atope máis que atrancos.
Sobre este tema veñen de publicar un artigo no Faro de Vigo, no que contaron coas opinións de Manuel Gago, Víctor Salgado e un servidor:
“Ineficaz”, “peligrosa” e “impopular”
Los internautas gallegos critican la “ley Sinde”, que ven con “preocupación” y como un intento de evitar el “canto de cisne” de un modelo de industria cultural obsoleto
Adaptarse o morir. Los internautas gallegos creen que la industria cultural no está siendo capaz de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo de losproductos culturales y que una “ley Sinde”, que la mayor parte de la comunidad de usuarios de internet critica, no será suficiente para salvarla de la hecatombe. De hecho, los usuarios de la red en Galicia no solo opinan que la nueva normativa, caso de aprobarse, no será eficaz, sino que es potencialmente peligrosa.
Primero será la mano. ¿Y después? ¿El brazo? A los internautas gallegos les “preocupa” la Ley Sinde porque demuestra que los políticos no saben de qué va la red, porque no logrará el fin que persigue y porque lo más probable es que la industria intente presionar al Gobierno para que este dé otra vuelta de tuerca más y siga el ejemplo francés, que penaliza a los usuarios.
Manuel Gago, director de culturagalega.org y veterano bloguero autor de “Capítulo 0”, confiesa su “preocupación”. “No tanto por la efectividad de la ley, que creo que no lo será desde el punto de vista de control de la red, sino porque el estamento político sigue sin comprender la mecánica de internet, de considerar que puede bloquear algo que no puede bloquear, y menos con este tipo de medidas, resulta una decepción”, afirma. De hecho, teme que el Gobierno recurra a normativas, como la polémica ley Hadopi francesa, para perseguir a los usuarios.
Este profesor de la Universidade de Santiago cree que la industria, a pesar de que la red cuenta con una masa crítica de usuarios “fueron incapaces de crear un proyecto para comercializar los contenidos de forma rentable”. “El problema de la industria cultural no es la piratería, sino su falta de adaptación”, asegura. “Es como intentar construir un centro comercial en medio del desierto en lugar de ir a donde están los consumidores”, añade, para explicar que no se trata del gratis total, sino de ofrecer una vía de acceso fácil a los contenidos a un precio “que se ajuste a la realidad” porque los márgenes de beneficios, alega, no pueden ser los mismos cuando ya no es necesario el transporte para distribuir el producto.
El director de la revista especializada en nuevas tecnologías “Código Cero”, Marcus Fernández, califica de “lamentable” el procedimiento seguido por el Gobierno para aprobar la normativa, “sin hablar con nadie del sector”. Para Fernández, lo peor es la Comisión de Propiedad Intelectual, que “pretende lograr sus fines esquivando a los jueces”, que deben decidir en horas.
Al director de “Código Cero” le molesta que tachen a los españoles de “piratas”, cuando la solución pasa por una “alternativa legal y barata”. El Gobierno, afirma, “defiende sobre todo los intereses de las multinacionales norteamericanas, que presionan para aprobar medidas coercitivas que no servirán para nada porque los servidores estarán fuera de España”. La Ley Sinde, concluye, es “inútil” y, sobre todo, “peligrosa porque no va a frenar la piratería, pero sí va a crear un mecanismo que da miedo porque se podrá cerrar una web antes de un proceso judicial, y eso vale para otro tipo de webs”.
Al que tampoco convence la “formulación” de la Ley Sinde es al abogado coruñés Víctor Salgado, especialista en nuevas tecnologías, quien critica que a la ley le faltan “controles judiciales”. “No se puede conculcar un derecho fundamental, la libertad de información, para proteger uno privado, la propiedad intelectual”, sostiene, cuando se le da al juez “poco margen de maniobra”. Salgado prevé “un montón de problemas jurídicos por los abusos”. Y además la ley no servirá para salvar a la industria. “Estamos asistiendo a un canto de cisne de un modelo que se ha quedado parcial o totalmente obsoleto en su planteamiento”, subraya. “Culpan a internet del fin de un negocio, pero no ven la oportunidad de negocio”, explica. “No se puede criminalizar a la sociedad y buscar soluciones radicales que traerán más problemas”, concluye.
Gustei de coincidir no texto con 2 amigos, aínda que teño que precisar que non son director de Código Cero, senón subdirector.
Para rematar, apostillar que se tanta xente relacionada coas TIC coincidimos na oposición á Lei Sinde, será por algo, ¿non? E se o propio Álex de la Iglesia, retirou o seu apoio á Lei despois de que o informaran axeitadamente, parece doado entender que os argumentos contra o texto que pretenden introducir na Lei de Economía Sustentable non é razoable.
ACTUALIZACIÓN: Como mércores que é, parece atinado publicar aquí a última tira de Jesús Martínez del Vas, que trata precisamente da Lei Sinde, ilustrando de xeito atinado o absurdo que para un cidadán alleo á Internet pode resultar a creación da Comisión de Propiedade Intelectual cun procedemento exprés coma pretende o Goberno: