Onte a tenda de Alita Comics na coruñesa rúa do Orzán converteuse en toda unha festa ao contar con Martín Romero presentando a súa última obra, Episodios Lunares.
Sorprendeume ver tanto movemento, pois non esperaba que o poder de convocatoria de Romero fose comparable ao de Emma Ríos e David Rubín, pero ao final o encontro estivo bastante ben pois, cono vén a ser habitual, é unha excelente desculpa para xuntar a lectores e autores galegos nun espazo no que conversar unha miga.
E paga a pena o último cómic de Romero? Parece ser que si, e non o digo eu, dío o meu avogado de Legálitas, ou mellor dito, coméntano na páxina web de RTVE, onde curiosamente publican unha reseña da obra hoxe mesmo:
El poderoso influjo de la luna de Martín Romero
Poseedor de un universo gráfico y narrativo tan extraño y misterioso como fascinante e hipnótico, Martín Romero (Xión, A Coruña, 1981) es uno de los ilustradores más interesantes de la actualidad, con un un poderoso estilo que lo distingue a simple vista y que le ha llevado a triunfar en mercados tan exigentes como el francés. Ahora, se publica en España su último trabajo, Episodios lunares (Reino de Cordelia / Vidas de papel), que recoge ocho relatos gráficos relacionados con la luna, los recuerdos de infancia y los mitos y leyendas populares.
“El libro -asegura- es una recopilación de relatos fantásticos que he ido realizando a lo largo de varios años para diferentes revistas y fanzines. En un principio no tuve presente la idea de recopilarlas en un libro pero tiempo después, viendo todo el material, me di cuenta de que a pesar de haber sido dibujadas en un amplio período de tiempo, entre ellas había tanto una coherencia temática como gráfica, fue entonces cuando me planteé la idea de recopilarlas. Para ello necesitaba una imagen, o algo, que evocase el espíritu de los relatos y así poder agruparlos, pensé en la luna por su poder de evocación, por lo misterioso y monstruoso pero también por lo cíclico”.
Unos relatos fascinantes que deben mucho a los cuentos de toda la vida: “Es posible que la brevedad de las historias, los personajes fantásticos que aparecen en ellas e incluso el dibujo, que puede recordar al de los viejos libros ilustrados juveniles -comenta Martín-. También creo que el hecho de utilizar este tipo de personajes, en los que su personalidad o su relación con el entorno se definen por su aspecto físico, evoca al mundo de la fábula. Para mí esto hace que las historias sean más potentes visualmente y también más sugerentes, así cada uno puede interpretarlas según sus experiencias. Además, estas historias entran en contacto con el mundo de los adultos en cuanto a la temática y el contenido”.
Unas páginas que algunos califican de poéticas, algo a lo que Martín resta importancia: “Eso es algo muy subjetivo y dependerá del valor que cada lector quiera darle. Cuando hago alguna historieta cuento lo que me apetece en ese momento, sin pararme a pensar si estoy haciendo esto o lo otro. El germen puede surgir de una lectura, de un dibujo de mi cuaderno o de un personaje que me gusta y lo que hago es intentar desarrollar esas ideas pensando en cómo se puede relacionar determinado personaje con un entorno, qué tipo de personaje podría habitar en un espacio que me interesa o cómo convertir una idea o un concepto abstracto en algo tangible y visual y a partir de ahí desarrollarlo”.
Cómic, ilustración y diseño
Episodios lunares combina con maestría los lenguajes del cómic, la ilustración y el diseño. “Los tres se mezclan de forma natural para intentar resolver los problemas que van surgiendo en cada momento de la creación -asegura Martín-. Simplemente hago lo que considero más oportuno para cada situación”.
“El cómic -continúa- tiene mucho de diseño porque hay que organizar y priorizar la información que quieres dar al lector y colocarla dentro de la página o viñeta en consecuencia, y también de ilustración porque su base es el dibujo y además se trata de que las imágenes hablen por sí mismas, sin necesidad de que un texto las explique, y que el lector pueda sacar sus propias conclusiones. De lo que se trata al fin y al cabo es de comunicar, de intentar transmitir lo que le quieres contar“.
Cuentos sobre la pérdida
Como los grandes clásicos de los cuentos, los relatos de Martín Romero no son precisamente sobre gente feliz. “Las historietas que forman el libro -asegura- hablan de la pérdida, del final de las cosas, pero el llegar a este momento implica que previamente hubo un momento de plenitud y armonía, en algunas historietas se muestra este estado anterior pero en otras dicha pérdida significa el comienzo de una nueva etapa. Esta reflexión es otro de los motivos que me llevó a elegir la luna como la imagen del libro, me pareció que su carácter cíclico podría dar otra lectura a los cuentos”.
Y, como en los cuentos más populares, también hay monstruos, aunque son difíciles de distinguir de los humanos: “Cuando hacía las historias siempre traté a los personajes, ya fuesen monstruos o no, por igual, sin tener en cuenta su aspecto físico. Lo que me interesaba era que el lector pudiese empatizar con ellos por lo que mis monstruos son todo lo humanos que he sido capaz de crear“.
Tratándose de cuentos de género es imposible no pensar en Edgar Allan Poe, pero Martín señala otras influencias en este trabajo: “No veo muy clara esta influencia pero como algunas de las historias tienen un punto un tanto oscuro supongo que es fácil el relacionarlo. Creo que en este trabajo mi mayor influencia han sido las películas de ciencia ficción de los años 50 y las películas de terror clásico, y si me apuras, más que las películas en sí diría que los posters y el imaginario de dichas películas. Siempre me han fascinado las imágenes de esos afiches, tienen mucha fuerza y ya de por sí estimulan mi imaginación“.
Un maestro del color
Aparte del grafismo, las tipologías y del dibujo, destacamos la maestría de Martín en el manejo del color. “De las historias que conforman el libro, las primeras las hice para la revista Argh!, que se imprimía a dos tintas y para cada número se elegían colores diferentes -nos cuenta Martín-. Por lo tanto, el color en dichas historietas estaba condicionado por la elección de los editores y en este caso los propios colores me ayudaban a crear la historia ya que de por sí evocaban cosas (por ejemplo, del verde y el negro surgió El Pantano o del verde y del rosa Niño Flor).
“A partir de aquí fue cuando empecé a trabajar más el color y desde entonces intento utilizarlo siempre como un elemento más de la narración, es decir, que ayude a potenciar lo que estoy contando. Me siento más cómodo utilizando una paleta de colores reducida por lo que tiendo a elegir 2 o 3 colores e intentar sacarle el máximo partido”.
Por último, Martín Romero nos adelanta sus proyectos: “Hace poco he acabado una historieta muda de 90 viñetas, titulada Lost Horizon, que debería publicarse en algún momento de 2015. La editará una pequeña editorial canadiense, Mille Putois, y será un librito de 90 páginas impreso en serigrafía, a dos tintas. En estos momentos, gracias a una beca recibida por el VEGAP en colaboración con Espacio Z, estoy realizando un cómic largo, se titulará El Compromiso y espero acabarlo para verano. También sigo con El Manual de las Piedras, un webcómic que tengo un poco abandonado pero que quiero retomar en cuanto tenga un poco más de tiempo ya que mi cuaderno está lleno de notas y nuevas ideas”.
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