Quintana en Melide

La Voz de Galicia publicou unha crónica de Natalia Noguerol sobre as xornadas de Lecer para os nosos maiores en Melide: Anxo Quintana, en su tercer baño de masas...

La Voz de Galicia publicou unha crónica de Natalia Noguerol sobre as xornadas de Lecer para os nosos maiores en Melide:

Anxo Quintana, en su tercer baño de masas con jubilados

El vicepresidente departió sin prisa pero sin pausa con los asistentes -más de 5.000- de la cita de Melide, que al PSOE le recuerda los «actos de clientelismo de Fraga». Superpiñeiro volvió a oficiar

Anxo Quintana en Melide«Vai un calor en Melide… calor humano», exclamó un efusivo Xosé Manuel Piñeiro, alias Superpiñeiro, ante los varios miles de personas que ayer se dieron cita en la localidad coruñesa de Melide para celebrar la fiesta de la tercera edad que, para los mayores de la provincia de A Coruña, convocó la Vicepresidencia de la Xunta. Pasaba ya del mediodía cuando el showman televisivo -popularizado como Superpiñeiro por el exitoso y extinto programa-concurso de la TVG- transmitía en público su sentir a un célebre paisano suyo de Allariz, Anxo Quintana. Ambos se disponían a esa hora a dar la bienvenida a los presentes.

Nada más cierto que la idea que encerraban las palabras que el político alaricano recibió del presentador de su misma tierra y quinta, que, por cierto, cumplió, y con matrícula, con el papel de animador de la cita para el que fue rescatado. Certeras porque la tercera fiesta de mayores que Vicepresidencia suma este verano se celebró bajo un sol de justicia. Y certeras también porque el vicepresidente se ha vuelto ha dar un baño de masas entre jubilados, y caluroso.

Aunque la convocatoria de Melide estuvo menos concurrida que las de Vilalba (Lugo) y O Carballiño (Ourense), Anxo Quintana no escatimó en tiempo para saludar y departir con quienes así lo quisieron entre los más de 5.000 asistentes. Con el trato cercano que derrochó, el número dos de la Xunta se ganó una afectuosa bienvenida. Quintana no reparó en el reloj durante el paseo de autoridades por el área recreativa del río Furelos, en la que se celebró el encuentro.

El vicepresidente brindó gestos y palabras afables a quienes lo paraban en su recorrido, interrumpió el paso para dejarse fotografiar, conversó con los artesanos de los talleres de viejos oficios que estuvieron presentes en la fiesta -en una especie de exposición interactiva, probó incluso a confeccionar un cesta-, hizo parada para escuchar los acordes de las agrupaciones folclóricas que pusieron música a la jornada e, incluso, se animó con uno de los juegos que la Asociación Galega do Xogo Tradicional dispuso para entretenimiento.

De nadie se olvidó Quintana, que también tuvo tiempo para refrescarse distendidamente en el bar del recinto antes de la comida que compartió con autoridades políticas, locales y autonómicas, de casi todo color político. Desde la dirección provincial del PSOE -partido con el que los nacionalistas comparten gobierno en la Xunta- creen que el encuentro melidense «lembra os actos de clientelismo político de Fraga. Quintana e o BNG reproducen con exactitude os actos de propaganda aos que no tiña acostumados Manuel Fraga e o PP durante tantos anos, e que o propio Bloque criticaba entonces». Es más, prosiguen los socialistas, la postura nacionalista resulta «pouco coherente». La polémica está en la mesa. Quintana, por si acaso, ya anunció que no descartan organizar fiestas para la tercera edad de carácter comarcal.

Agora seguro que hai moitas voces críticas con Quintana por exercer prácticas fraguistas pero para min a principal pega do asunto é que en paralelo celebrouse a Xabaxira, que foi nun sitio e a unha hora sen anunciar. Non había megáfonos nin carteis por ningures que explicase ónde viría o Xabarín a Melide, nun día no que había xubilados por todas partes.
Eu entereime do asunto dando un paseo porque nos topamos de fronte co espectáculo comezado. Había algunha xente, pero de chiripa.
¿Cómo poden traer a 5.000 vellos a Melide e non ser capaces de avisar ós cativos de onde e cando ía actuar o Porco Bravo? Unha peniña…

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