Después de llevar muchos años padeciendo esclerosis múltiple y de sufrir varios infartos, el cómico Richard Pryor murió de un paro cardíaco. La noticia no debería sorprender a nadie, especialmente conociendo el paso de abusos contra su propia salud por parte del actor, que era un drogadicto declarado (lo que le llevó a muchos problemas personales y profesionales).
Su propia salud fue lo que lo apartó de los escenarios, siendo su última película la, para mi olvidable, Carretera Perdida, aunque la gente recuerde más su papel en No me mientas… que te creo, una patética secuela de No me chilles, que no te veo (obra memorable, aunque la crítica no la tratase bien).
De todas formas sería el papel como el hacker Gus en Superman III el que lo conservará en la historia, ya que ese papel insignificante tuvo un gran calado cultural, especialmente por la táctica de los redondeos en la empresa en la que Gus trabajaba para amasar millones de dólares y que incluso tendría referencias en películas como la genial Trabajo basura (de los creadores de Beavies y Butthead) (y creo que también en La Trampa y en Hackers: Piratas Informáticos).
Olvidando su faceta de actor, fue su faceta cómica la que creó una auténtica relevancia, ya que fue todo un pionero como cómico descarado, siendo precursor de Eddie Murphy y Chris Rock (entre otros), y también protagonizó sketches muy famosos en el Saturday Night Live. Una pena que su excelente carrera profesional se viese eclipsada por su desordenada vida personal.
11 Decembro, 2005
